Siendo sincera, jamás estudié para ser escritora, tampoco soy periodista ni sé mucho sobre literatura… sólo sé que tengo mucha imaginación, una gran vocación, que amo las palabras y lo que pueden transmitir según como se dispongan, que amo contar historias (escritas o dibujadas) y que me interesa mucho todo lo que sienten los niños y los jóvenes.  De profesión soy diseñadora, y eso me ha ayudado mucho a ser perseverante y llevar mis proyectos hasta el final.  No dejar nada a medias es mi única regla, demore cuanto demore.

Tengo un sobrino al que no le gustaba para nada comer, y un día, mi hermana me pidió que lo cuidara mientras ella salía.  Tocó que justo era la hora del almuerzo, y el menú ese día era lentejas con chorizo.  Cuando Baltasar (mi sobrino) vio su plato servido, cerró la boca herméticamente.  Intentando persuadirlo para que comiera, comencé a contarle la historia de un niño que se llamaba igual a él, que en lugar de almorzar prefirió ir a comer dulces a una tienda cercana…  Baltasar estaba tan entretenido con la historia que sin darse cuenta se comió todas sus lentejas. Entonces decidí comenzar a escribir esa historia, pues si él se había divertido tanto con ella, ¡quizá otros niños también lo harían!  Y así fue.

¡Yo misma! Así como me gusta escribir, también me encanta dibujar, desde que tengo memoria.

¡Fue un proceso largo!  En ese momento, trabajaba muchas horas al día, y tenía a mi primera hija muy chiquitita y al llegar a casa debía atenderla a ella.  Entonces sólo podía escribir cuando se quedaba dormida y hasta cerca de las dos de la mañana.  Así fue durante todo un año, hasta que terminé mi primer manuscrito.

La palabra “macedonia” significa “ensalada de frutas o de verduras”.  Ya que mi historia trata sobre un mundo cuyos habitantes son seres a quienes les crecen vegetales en sus cabezas, me pareció muy divertida la palabra “macedonia” para nombrar dicho mundo, pues reúne a todas las frutas y verduras en un solo término.

La verdad es que cuando estaba escribiendo la segunda parte de La Maravillosa Macedonia (2013), mientras investigaba cierta información en internet, no sé como di con las noticias sobre la guerra civil en Siria, y tras ver la realidad de los niños que han sido desplazados por ésta, de los refugiados, y la devastación que ha causado en ese país y en sus habitantes, me sentí demasiado conmovida.  Tuve que poner en pausa el texto de La Maravillosa Macedonia II, que está lleno de humor, pues ya no tenía ánimo para hacer chistes.  Y por varios días no pude escribir otra cosa más que historias de guerras con finales felices, como para aliviar mi propia angustia.  Luego entendí que la guerra jamás tiene un final feliz, y pensando siempre en los niños que la viven día a día, me puse a escribir otra vez, y como fuera, buscaría en mi corazón la forma de contar la historia de unos niños que, pese a la atrocidad de la guerra, logran sobreponerse y tener el anhelado final feliz.

La súper artista Paulina Silva Chala, que además es una gran amiga.

¡Una de las cosas más entretenidas de escribir es ponerle los nombres a los personajes! 

En el caso de “La Maravillosa Macedonia”, en ambos libros, cada personaje tiene un nombre y apellido.  Los apellidos son siempre iguales a la fruta a la cual representan, y quise que los nombres de ellos comenzaran con la misma inicial de su apellido y que tuvieran letras similares al mismo, para que fueran fácilmente recordables, por ejemplo “Aarón Arándano”. Además, los nombres que elegía ¡tenían que gustarme mucho!

En el caso de “Para Siempre Noura”, el único personaje de la que sabemos el nombre es el de la protagonista, Noura.  La palabra nour, en árabe, significa “luz”

Creo que me identifico con Bella Cebolla, porque es súper sensible, soñadora y un poco loca.   Y a veces puede ser muy exagerada, igual que yo.

Mis libros favoritos son dos: El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, y Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez.

¡Buenas noticias! Estoy trabajando en eso.

Que los niños y los jóvenes son mundos interesantísimos, que todo lo que sienten es brutalmente importante, que todo lo que hacen es relevante, y que de su felicidad y estabilidad depende el futuro de la humanidad, y que no quiero escribir más que para ellos.  Los amo.

Cualquiera donde esté junto a mi familia, particularmente, mi casa.